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el equipo

DIRECCIÓN Y COORDINACIÓN

CORAL: Madrileña treintañera que nunca superará el inicio de Orgullo y prejuicio ni el final de Un mundo feliz. Es la clásica chica de marketing y redes sociales que trabaja en una agencia. Fue finalista en el «I Premio Ripley» (Triskel, 2017) y en «Alucinadas IV» (Palabaristas, 2018). También es organizadora y editora de la antología independiente «Fandom Of Our Own: There was only one bed» (autopublicada, 2020).

Le apasionan los robots, hacer excels, escribir escenas subidas de tono y pintarse el eyeliner de colores. Mamarracha millennial bien podrían ser sus apellidos.

«Evangelio de carne y metal» (Cerbero, 2022) es su última obra.

Forma parte de la dirección de la revista SuperLit y puedes ver su cara en TikTok. Los test y los salseos literarios modernos son lo suyo.

LORETO ML: bilbaina en tierras cántabras que hizo el grado en Estudios ingleses y dedica toda su vida a la literatura. Es la típica persona que lleva totebags, va siempre cargada de libros y te suelta datos random sobre novelas que ni te van ni te importan. Además, almacena una cantidad de datos indecentes e inútiles sobre musicales en su cabeza. Y siempre tiene pelos de sus perros en la ropa.

Escribe novelas sobre gente que vive en pueblos pequeños, relatos en los que las abuelas viven su mejor vida y ensayos sobre escritoras muertas. La gente siempre le dice que pare porque hace muchas cosas. Es redactora para La nave invisible, Libros prohibidos y La Avenida de los libros, escribe artículos para empresas varias, hace informes de lectura, da clases de escritura, a veces edita antologías y todavía tiene tiempo para jugar a videojuegos o dibujar.

Por si eso fuera poco, ahora está en la SuperLit. Es parte de la dirección, hace artículos y es muy probable que os lance recetas ricas a la cara.

LAURA HUELIN: Vive en la Galicia rural. Estudió Filología y pensó que no le gustaba la literatura, pero luego descubrió la ciencia ficción y resulta que sí. Le preguntamos cuál es su libro favorito y dijo “un fanfic”, le preguntamos por el segundo favorito y dijo “también”. Luego añadió que la industria editorial es una “cobarde”.

Le gusta la literatura experimental, el cine raro y la música ruidosa, pero no puede trabajar si no tiene a Synthwave Boy de fondo. Su vocación es la Literatura Comparada y a lo que más se ha dedicado últimamente es a la investigación literaria, sobre todo a las escritoras de ciencia ficción de los 70 y 80.

Forma parte de La Nave Invisible, donde organiza el calendario, gestiona los eventos presenciales y redacta contenido; y organizó el AnsibleFest.

Una vez una IA dijo que era editora. Ahora con la SuperLit, suponemos que se hace realidad. Forma parte de la dirección, redacta artículos y alguna que otra reseña va a caer.

PATRICIA: vive en un pueblo de Cádiz con su pareja y su gata Nyx. Estudió el doble grado en Humanidades y Traducción e Interpretación, porque lo de decidir no se le da muy bien, y ahora trabaja de project manager para una agencia de copywriting y de correctora freelance.  Adora las cosas cuquis y las cosas raritas, pero sobre todo las cosas malrolleras con estética linda. Además, no sale de casa si no va sutilmente (o no tanto) disfrazada de bruja.

En literatura le gusta casi todo, pero la fantasía, el terror y la ciencia ficción son sus géneros favoritos. También escribe y muchos de sus relatos han sido publicados en distintas antologías, como el II Premio Ripley (Triskel, 2018), Terroríficas (Palabaristas, 2018), Insólitas (LES Editorial, 2018), Vuelta a la Tierra cercana (El Transbordador, 2019) y Monstruosas (Tinta Púrpura, 2019). Su primera novela, De donde viene la magia, fue publicada por Literup en el 2021. 

Como no puede estarse quieta, se apunta a todos los proyectos que le parecen interesantes. Así terminó formando parte de la organización de la antología Fandom of our own: There was only one bed y ahora de la revista SuperLit.

COLABORADORES FIJOS

MIWE: Vive en una aldea de Galicia porque *la vida* aunque es de Barcelona. Jugador de cartones mágicos (a veces medio bueno y todo), montador de roboces de plástico y pianista (aunque ya no ejerce porque le gusta cobrar a fin de mes). También es el token masculino de esta revista. Toma inclusión forzada.

Empezó a leer tebeos en el instituto y descubrió que lo realmente guapo de los superhéroes no es quién se pega con quién, es quién se lía con quién, así que se metió de cabeza a leer mutantes y a la batfamilia. Eso y Superman. Le gusta mucho Superman. Y los patos.

MARIA: Se metió en medicina para ser como Dana Scully pero luego descubrió que en españita no hay FBI, se especializó en medicina familiar y comunitaria, y ha ejercido los últimos 6 años en una ciudad pequeñita en medio de la campiña sueca. Acaba de empezar la residencia para ser especialista en radiología porque es un culo de mal asiento.

Lo que más le gusta es el terror tanto en libros como en cine, y después fanfics, cifi y fantasía. Le gustan los videojuegos, el punto de cruz, las plantas y acariciar perretes por la calle. Es spooky y cuqui, y tan sagitaria que tiene una centaura cebra de medio metro tatuada en el muslo derecho.

En Superlit colabora con redes sociales, consultorio de dudas médicas y artículos.

LILY:  Dicen que lee demasiado, pero a ella le parece lo justo y necesario. Consumidora de más contenido audiovisual del que debería ser sano para una persona, y ex adicta a World of Warcraft (que no a los videojuegos y al Monster, eso sigue siendo una adicción). No sirve como autora, pero finalmente en 2018 y 2019 consiguió formarse como Lectora editorial y Correctora ortotipográfica. Se considera un dinosaurio de la blogosfera, y aunque ese blog ya está más que abandonado, se la puede seguir encontrado en Instagram y en TikTok.

Si quieres recomendaciones de lo que sea, ella es tu chica (pero sobre todo de romántica rara con monstruos, esa es actualmente su especialidad).

VIRGINIA BUEDO RODERO: Será breve porque escribir bios le da dentera. Traductora, escritora, millennial y terretarian (probablemente por ese orden). Grumete en La Nave Invisible y orgullosa socia de Pórtico (Asociación Española de Ciencia Ficción, Fantasía y Terror).

Ha publicado relatos (aunque la mayoría no pueden leerse ya) y dos novelas cortas de fantasía con Editorial Cerbero (A la sombra de mi sombra, 2020; ∅ (Cero), 2021).

Si tiene personajes intensos, referencias a la psicología jungiana y un énfasis cuasi obsesivo en la importancia del lenguaje y la comunicación, es muy probable que lo haya escrito ella. Parece seria, pero en realidad su personalidad es tres gatos debajo de una gabardina. Tengo un diccionario y no dudaré en usarlo. Cuasimagufa, como todos los Acuario.

Hiperfijaciones como estilo de vida. Cultura fan o barbarie. Intentando sobrevivir a la caída de la Casa Twitter en Instagram y TikTok como @virbue.

ARTURO: Se encuentra en un pueblo de Madrid y tiene una doble vida como Hannah Montana. Durante el día programa y escribe obras y artículos en los largos trayectos de un transporte público deficiente. Le encanta la fantasía, la romántica y encontrarse personajes no normativos en ficción y es autore de Amor improbable (Selecta, 2021), ha sido finalista en antologías como Tras las huellas del dragón (Imágica Ediciones, 2020), jurado de premios y convocatorias, prologuista y ha participado en libros de ensayo como Cinco años de travesía, ganador del Premio Ignotus 2022. Es actual finalista de los Premios Ignotus 2023 y escribe para medios especializados como La Nave Invisible, La Avenida de los Libros o su blog Flights of a dreamer, pero en la SuperLit no contendrá su vena más mamarracha con artículos y fregaos en los que se apunte.

LAURA MORÁN IGLESIAS: Bilbaína de sangre pero murciana de corazón. Comenzó a escribir desde muy pequeña. Estudió Filología inglesa en la Universidad de Murcia y ahora dedica su tiempo a escribir novelas y a traducir videojuegos. Su primera novela, A través de la arena (autopublicada, 2017), la condujo por los terrenos de la fantasía juvenil, donde siempre se ha sentido más cómoda, pero no le tiembla la mano al probar distintos géneros como la ciencia ficción, la fantasía en sus otras variantes o incluso el terror.

Es una conocida defensora del hopepunk y siempre incluye personajes de todo tipo, etnia y orientación en sus escritos.

En 2018 publicó Pastelería Emporio con Insomnia Ediciones, una novela corta que mezcla la ambientación de fantasía más clásica con el humor y la comida, dos temas que siempre están presentes en sus obras; y en 2020 publicó A través del bosque (Insomnia Ediciones), la segunda parte de A través de la arena (obra reeditada por Insomnia Ediciones en 2021). Su última novela corta, Sabea, la ciudad de los 7 gremios (Editorial Cerbero, 2022) mezcla la fantasía con el thriller policíaco. También es gran amante de los fanfics, y si le preguntas cuál es su mejor obra te dirá que Desde aquí hasta mi hogar, un Legolas/OFC del que está muy orgullosa. Forma parte de La Nave Invisible, una página web que se dedica desde 2016 a visibilizar a autoras de fantasía, ciencia ficción y terror; y, cuando empezaron a buscar gente para la SuperLit fue de las primeras en decir “LAURA SÍ”.

CORRECCIÓN Y REVISIÓN

JAVIER SANTOS: Andaluz empedernido y fiel defensor del salmorejo. Es orgullosamente bi (BIen cansado, como gran parte de su generación) y basa una gran parte de su personalidad en hacer chistes de calvos. Comparte habitación (y cuerpo) con su Síndrome del Impostor y con un procrastinador crónico. A pesar de ello, ha conseguido llegar a ser filólogo, traductor, escritor y gracias a un golpe del destino (y que un verano se aburría y decidió hacer un curso de corrección), también corrector y revisor, así que cuidado, a ver si va a haber que poner los puntos sobre las íes. 

Aún no es un autor bestseller (y tampoco aspira a serlo), pero ha autopublicado Historia de Dos Canciones, una pequeña historia musical y «semi cozy» y también ha participado en las ediciones de 2020 y 2021 de la Antología Benéfica Orgullo Zombi. Las tres obras se pueden encontrar de forma gratuita en Lektu.

MAQUETACIÓN

REBECA:  Vive en Madrid, pero en realidad desea vivir en una aldea cuidando ovejas. Divide su vida entre escribir sus propias historias, trabajar en el diseño de las de otros y las redes sociales. Es de ese tipo de personas que va a todos los sitios con un libro aunque no lo lea simplemente por el placer de tener uno cerca. Empezó a escribir porque no encontraba las historias que ella quería leer en la adolescencia. 

Autora de “Cuando florece la primavera” (Selecta, 2021) y “Ni boda, ni príncipe” (2021) que lanzó en autopublicación por medio de un crowdfunding. Su última novela es “Cophenague es Nuestro” (Pato ediciones, 2023) inspirada en una canción del grupo Vetusta Morla y ahora acaba de volver a wattpad con “Los recuerdos que fuimos” para compartir su historia con quien quiera.

En la SuperLit forma parte del equipo de maquetación y marketing, realizando cualquier trabajo que se le pida.

BELL:  Le ha obsesionado desde peque todo lo que se puede poner en un papel, así que sigue sin entender por qué la gente le pregunta a qué vino el cambio entre estudiar hispánicas y artes gráficas. No hay cambio, hacedle caso. Ahora puede hacerte un libro entero sin pestañear (bueno, a ver).

Se considera friki de todo tipo de cosas e intenta tocar todos los palos. Lo mismo te hace un fanfic, un cosplay, un fanart, desgrana una canción de una serie o un artículo de análisis, y necesita explicar algún detalle sobre los Guardianes de la Galaxia al menos una vez al mes para mantener su estabilidad emocional.

En la SuperLit, maqueta y lo que surja.

ELBETH:  Vive en una ciudad lo suficientemente grande como para tener Ikea, pero lo suficientemente pequeña para no ser Madrid. Escribe, edita, toca instrumentos, se disfraza de muñeca y en ocasiones hasta da alguna clase. Desde pequeña le fascina escribir y leer romántica y tiene especial fascinación por las escenas +18 (incluidas esas que tienen un puntito justo de cringe) de todo el espectro LGTB+. Entre otros datos curiosos sobre ella, no le gusta la cerveza ni el chocolate (a menos que no sepan ni a cerveza ni a chocolate) ni sabe hacer memes. Vivió el apogeo de la moda emo y eso marca, sed comprensivos.